domingo, 24 de octubre de 2010

Viaje a Liniers


 En un viaje hasta Liniers vi miles de personas, me cruce cientos de rostros que denotan necesidad. ¡Que injusta que es para algunos esta vida! Personas durmiendo en los pasillos del tren, nenes pidiendo monedas, es muy fuerte el paisaje de nuestro Buenos Aires querido. Cuantas ganas de salir corriendo a abrazar aquel nene, que tanta indiferencia recibe de la gente en la que él busca una ayuda, para decirle que todo va a estar bien, que su vida va a tener un futuro mejor; pero no me animo, lo miro con angustia y la vez con admiración. En ese momento me pregunte: ¿cuanto valor, cuanta fuerza necesita esa personita para levantarse cada mañana y seguir luchando? ¿Cuantos seres humanos se encuentran hoy en la misma situación? Y por donde quiera que mire esta la respuesta. Miles de vidas están pasando por la misma situación, millones en todo el mundo buscan la manera de sobrevivir, de hacer algo mejor con la realidad que les ha tocado o han elegido vivir.

Familias enteras sin un techo donde dormir es el paisaje al que nos vamos acostumbrando. Barrios pobres que se expanden en vez de mejorar, villas de emergencias creadas varias presidencias atrás que terminaron siendo para siempre.

Delincuentes que buscan ganarse la vida de manera fácil, que a esta altura ya no se si es a lo que el sistema los lleva (como dicen muchos) o eligen serlo. Voy a ser sincera, ¿cual es la diferencia entre los que roban para comer y aquel que lo hace para enriquecer y aumentar su poder engañando a millones de personas? Para mi hay mucha diferencia; ¿quienes deberían estar presos? Marginados y sin ayuda de ninguna índole cometen crímenes que continúan impunes, y otra vez me pregunto de quien es la culpa, de los marginados o de la justicia Argentina que bastante ausente esta. Menores que matan pero no pueden ser enjuiciados, cuantas vidas perdimos este año!! Pero no solamente por estos crímenes, sino causadas por la negligencia de muchos. Picadas mortales, hombres y mujeres que manejan alcoholizados sin importar cuantas personas pueden salir perjudicadas; imprudencias a la hora de manejar que cobraron muchas vidas; fiestas en boliches que terminan en desgracia. Culpamos a unos pocos pero todos somos culpables.

Mientras escribo esto, se me cruzaron docenas de preguntas y en casi ninguna encontré una respuesta. Solo ideas consoladoras que se me ocurren para no dejar de creer. Tantas veces nos hacemos problema por cosas que no tienen importancia (me incluyo), muchas veces me ahogo en un vaso de agua por situaciones que no deberían importar; o simplemente nos angustiamos pensando en alguien, esperando que algo llegue y nos salve. Nos olvidamos del hecho de vivir, nos gastamos el tiempo pensando: "que hubiera pasado si..."; "por que no hice o dije tal o cual cosa..." Parecen boludeces comparado todo lo anterior, pero es la verdad. Hay muchos en peores situaciones que necesitan ser vistos, ser salvados.
¿Cuanto tiempo mas tendremos que esperar para que las cosas cambien? otra pregunta sin respuesta. Yo quiero creer que se puede cambiar esta situación, que podemos ser un país mejor.

Noelia Alejandra Centurión.